Con 4 décadas de experiencia y un despacho heredado por su padre, quien honrosamente estuvo al frente hasta los 84 años de edad, el Licenciado Arsenio Farell Campa, en mancuerna con su socio, Luis Jorge Castro Trejo, ha logrado posicionar el Bufete Farell dentro de los más prestigiosos de México. La fórmula: la ética personal y profesional.
“Ambos socios entramos como pasantes en 1972 y desde ahí, nos hemos dedicado completamente a litigar”, refiere el abogado Farell Campa, quien orgulloso habla de los inicios del despacho y de una destacada reputación a nivel nacional e internacional, gracias a su excelencia en disputas de alto perfil.
Y es que desde 1945 Bufete Farell, fundado por los Licenciados Raúl Paz y Puente, Rafael Peralta Rosas y Cecilio Garza García, y por supuesto, el abogado y político mexicano, Arsenio Farell Cubillas, he dejado un precedente de profesionalismo y responsabilidad tanto de los abogados como de sus clientes.
“La ética del abogado tiene que ir a la par de los clientes. La relación debe ser de confianza mutua porque en un litigio se enfrentan valores muy delicados de la persona: su patrimonio o su prestigio”, explica el Licenciado especialista en Derecho Civil, Derecho Mercantil, Derecho Administrativo, Derecho Familiar y Juicio de Amparo.
Es por ello, que tanto él como su socio, el Lic. Luis Jorge Castro Trejo, se ocupan personalmente de los asuntos, apoyados sólo de 5 asociados. “No necesitamos más de lo que tenemos, porque así logramos tener el control de todos los casos que aceptamos”, coinciden ambos titulares de la Firma.
Con la elegancia que los caracteriza, los abogados agradecen también cuando sus “contrarios” reflejan respeto y caballerosidad a la hora de litigar. De igual manera, resaltan las características de compromiso social de los Jueces.
Incluso, aseguran que durante sus años de experiencia han logrado comprobar que existe en los Tribunales gran vocación de servicio en la mayoría del personal. “Hay jueces muy honorables”, sentencia el Lic. Arsenio Farell.
Y es justo esa perspectiva de respeto, la que ambos socios quieren dejar como legado a las generaciones de la abogacía venidera. “Dejar de creer que todo se resuelve con dinero, no todos son corruptos en México”, finaliza.